viernes, 7 de octubre de 2011

Una tarde mientras me senté y pensé




¿De dónde provienen los sonidos de la felicidad?
Que al aclamarse son como la gloria en tu sentir.
¿De dónde provienen los sonidos de la amargura?
que queman las papilas del amor y arrojan angustias.
¿De dónde provienen mis ideales?
Seguramente no han de ser de este cosmos...

Saber hasta donde hablar, sin escupir por cada detalle
Ni creer siquiera en la misma existencia, sin presumir de nihilismo
Volver a pensar lo pensado, volver a pisar lo pisado
Como hincarse ante un verdugo, clamar piedad, imposible suele ser.
Como aplaudir al unísono de las balas que atraviesan tu mirada de desolación...
Como patear la última gota de sudor de tus penas y saciar la hambruna de poder con miseria...

Ya olvidando la mugre de tus paredes, existe también la pulcridad de mis paredes...
Caminas encima de los pies de quien fuiste, sus huellas ya no se marcan, te bajas del pasado y marcas una huella...

Imposible no creer en algo.




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